Hay que desmaquillarse, desmaquillar la piel pero especialmente el alma.
Desmaquillar el alma como los árboles en otoño, cayendo las hojas y dejándolos sin retoños. Desmaquillarse como una niña llena de maquillaje de su madre.
Desmaquillar el alma de esa niña, tan inocente, sin temores ni dolores.
Caminar hacia nuevas aventuras con el alma limpia y pura.
Desmaquillar la piel pero, especialmente el alma.
VOLVER A NACER.
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